POEMA PARA LAURA
Escribo este poema para mi hija quien dice que no le escribo
Y sin embargo estoy todo el día escribiendo para ella en mi corazón
Las palabras no dicen
Cómo decir pétalo suave en la mejilla, ojos de resplandor que llevan siglos enterrados
Y una extraña sabiduría en la mirada que tiene el aura de la serenidad
Cómo decir las manos que hacen deshacen sin temblor aparente sin estridencias
Cómo hablar de los pasos de la luz y el dolor sin medida de los que tienen alma
Como los azahares en canto de dulzura tendés tu cabellera al sol del mediodía
Tu canción resuena como una campana graciosa junto al gris y el blanco de los gatos
que se acercan a besarte los dedos
No puedo decir no puedo decir son demasiadas cataratas de flores que me cubren
y me alegro porque no hay otra palabra para decir tu nombre
.................L A U R A
Y sin embargo estoy todo el día escribiendo para ella en mi corazón
Las palabras no dicen
Cómo decir pétalo suave en la mejilla, ojos de resplandor que llevan siglos enterrados
Y una extraña sabiduría en la mirada que tiene el aura de la serenidad
Cómo decir las manos que hacen deshacen sin temblor aparente sin estridencias
Cómo hablar de los pasos de la luz y el dolor sin medida de los que tienen alma
Como los azahares en canto de dulzura tendés tu cabellera al sol del mediodía
Tu canción resuena como una campana graciosa junto al gris y el blanco de los gatos
que se acercan a besarte los dedos
No puedo decir no puedo decir son demasiadas cataratas de flores que me cubren
y me alegro porque no hay otra palabra para decir tu nombre
.................L A U R A
-Buenos Aires-
2 comentarios:
Irene: las palabras tienen, por corazón, los sentimientos, por lo tanto son invisibles a los ojos. El corazón de una madre está impregnado de palabras amorosas y, éstas, se deslizan permanentemente en cada línea de un poema, aunque no esté dedicado. Un abrazo,
Gracias, querida Norma por la publicación y por todo lo que hacés por la poesía y los poetas, sin olvidar tu propia y muy delicada y sutil poesía. Gracias, también, Laura por tu comentario generoso y tu presencia. Cariños para ambas Irene Marks
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