martes, 12 de octubre de 2010


CAFÉ DEL ENCUENTRO DE LOS POETAS
EN EL REMANSO DE LOS SÁBADOS”

 .........................Sebastián Jorgi 


Queridos amigos tengo el agrado de convocarlos
a compartir la lectura programada
en "La Subasta".
No olvides que tu presencia es importante para todos nosotros.
Sábado 16 de octubre a las 18.30 hs. y todos los terceros sábados de cada mes.
Río de Janeiro 54
-altura Av. Rivadavia 4.500 “Estación Río de Janeiro”, Subte A-
Ciudad de Buenos Aires


Los invitados:

Presentación del libro
“Seducción”
de Ana María Torres
Se referirá al mismo: Michou Pourtalé
Rubén Derlis
María del Mar Estrella
Cristina Pizarro
Michou Pourtalé
Ricardo Rubio
Victorio Veronese
Piero De Vicari

A continuación se sortearán libros entre los asistentes.

-Entrada libre y gratuita-
Coordina:
Norma Padra
 

http://www.revistapapirolas.blogspot.com
normapadra@gmail.com

CRISTINA PIZARRO


DOS MUNDOS
.........................
A Rubén Vela
América,
por ti,
siento el alma desgarrada.

Allí,
en la tierra donde se sepultó
con sangre
el cuerpo del conquistador
entre las plumas y la serpiente

donde los dioses
entonaron
un salmo a la lluvia

y agonizaron
las lágrimas
en vasijas de barro

quién soy
ante este aullido
de un imperio desolado
en ruinas
cubierto por el polvo


una paloma
humillada entre cenizas
un rumor , una luz
adentro de una urna funeraria
una nube pavorosa
entre los picos de la montaña
un cuerpo seco
en la tempestad
una máscara
caída
en la tierra silenciosa


-Buenos Aires-
De su libro: "Confesiones de Gertrudis Glauben"

jueves, 7 de octubre de 2010

EMILIO MEDINA MUÑOZ



 A UNA ROSA


Una rosa asomada a la ventana
dejando las delicias de su aroma,
es muestra de placer en la mañana
y del Sol los colores los retoma.

Un clavel reventon por mil pasiones
en suspiros deshace los poemas;
sus pétalos se caen sin emociones
pues la rosa se ríe de sus temas.

La mano jardinera bien armada
con certeza de tajo lo ha cortado,
y en el suelo termina su reinado.

En mantillo transforma su realeza
y da vida al rosal de aquella rosa,
que matolo por sentirse tan hermosa.

-Ciudad Real, España-

miércoles, 6 de octubre de 2010

NORBERTO PANNONE


MOISES

La tarde invadida de plácidos soles, recogió en su otoñal condición el llanto inaugural.
Casi a orillas del río, entre un grupo de zarzos, nació el niño.
Su madre era de una palidez increíble y de cabellos casi blancos, como la paja del trigo excesivamente maduro.
La mujer lo sumergió en la corriente y lo enjuagó, de inmediato, lo envolvió en una manta y lo trajo hasta el regazo dispuesta a amantarlo. El niño interrumpió su llanto en el reconocimiento.
Canú, asustado, llegó desde la fronda y se arrodilló ante la pálida mujer en señal de respeto y gratitud. Después, lloró algunos instantes y volvió a la nave que partió velozmente.
El niño sin nombre, crecía con la misma plenitud de la naturaleza que lo rodeaba.
Había aprendido a dar sus primeros pasos demostrando una extremada atracción por el río. Debido a su obsesión por el agua, su madre le había bautizado Moisés.
Así, a medida que crecía, pasaba largos momentos contemplando el remanso que se formaba en el recodo del río. Le fascinaba la orilla opuesta donde, por las tardes, la arena brillaba bajo el sol.
Desde la otra margen, cuando su madre no estaba alerta, sobre la rubia arena, otro ser, exactamente igual a Moisés, también se extasiaba en la mutua contemplación. Tenía el mismo color que los ojos que Moisés y el cabello tan rubio como la paja del trigo excesivamente maduro.
Fue así que, llegada la cuarta luna del año solar, Moisés, decidió cruzar hasta la otra orilla. Bajó por la pequeña barranca pedregosa, apoyó sus pies sobre la superficie del agua y, sin ninguna sorpresa ni temor, sin hundirse, caminó sobre la superficie hasta la otra orilla donde la hermosa criatura que había contemplado desde tanto tiempo lo esperaba ansiosa-mente. Descubrió en aquel momento, la diferencia de sus formas.
Largo rato se miraron a los ojos al tiempo que establecieron el contacto. Después, durante varios soles, Moisés cruzó hasta la otra costa del río, siempre sin hundirse.
Canú, llegó un atardecer y le recriminó. Esa fue la última vez que supo de él. Luego, recordaría por largo tiempo la traza azul que atravesó la cima del bosque.
Una tarde, hallándose el joven caminando de regreso sobre la faja del río, justo en el medio del cauce, comprendió que ya no podría resistirse a la tentación de volver al otro día, y al otro, y al otro...
Entonces, fue allí que Moisés se hundió velozmente, desapareciendo definitivamente de la superficie.
Quizás ahora, el trigo no volvería al rubio color del henil excesivamente maduro.
sin nombre.

-Junin, Buenos Aires-

SEBASTIÁN JORGI


BORGES
...........................
A Roberto Alifano


El hombre de los anteojos negros subió al taxi, que se perdió enseguida tras de una esquina. Ya se sabía ciego y sintió horror al percatarse de que había sido producto de un engaño por parte de aquellos señores educados de uniforme.
La mujer que lo había visitado una tarde no estaba en sus cabales: una historia del todo descabellada e im-posible de creer que sucediese en su país. Pero presentía que la presidente depuesta no había sido suplantada por ninguna Alicia, sino por el poder del Caimán. El hombre de los anteojos negros reflexionó que el odio de Martín Fierro simbolizaba un poroto ante lo que estaba pasando. Más valía ser Dahlmann y haber muerto en la llanura. ¿Seguir escribiendo? La realidad era más incitadora que la fantasía. ¿Para qué más cuentos?
Dejó el bastón y se tendió en la cama. Desvió sus ojos —que ya no veían— hacia la ventana que daba a la calle Maipú. A pesar de la ceguera, percibió un olor como de odio. Comprendió que era un testigo, como Recabarren. Y ni siquiera le quedaba el consuelo de soñar que la pelea sería a cuchillo.

-Buenos Aires-

OCTAVIO ESQUIVEL DÍAZ


LA RIQUEZA DEL BIEN SUMO 

-Contra avaricia largueza
Y la de Dios es inifinita-


El sumo bien no sabe de malicia
Vive abriendo su mano poderosa
Disfrutando su fuerza prodigiosa,
Ni siquiera imagina la codicia.

Tal riqueza no sabe de avaricia
Y es fuente inagotable, esplendorosa
Es feliz de sentirse generosa,
Todo bien cuando da nos acaricia.

Por amor el amor de sus amores
Da la vida y el ser, y se desgarra
Y todo el corazón se desamarra.

Su riqueza total la despilfarra
Compartiendo lo eterno y sus valores,
Es así, ¡El Señor de los señores!
Largueza plena
Entrega su riqueza,
Divina cosa.

-Miami, EE.UU.-

GUSTAVO MARCELO GALLIANO


DE CUMBRES Y GOCES


Irrumpo en la cima
turgente de tus pechos,
y me deslizo
bañándote de luna.
Por la planicie marfil,
donde tu vientre,
desemboca afiebrado
en plena tundra.
Y a paso de machete,
embisto enceguecido,
contra la húmeda oscuridad
del Gran Deseo.
Y en el vórtice fugaz
de lava y fuego,
inundo de semillas tu caverna,
con vértigo ciclópeo, jadeos.-

-Rosario, Santa Fe-

MARTA GRONDONA



BUENA MADERA

el viejo roble de frondosa copa
con su tronco fuerte se mantuvo
........................ en pie
los alocados furores del alud
.................... no lo tumbaron
.............. resistió el embate
con su tronco fuerte
.............. se mantuvo en pie
fue buena madera

hoy guarda la vajilla familiar
..............y madura en el tonel el vino
es mesa cuna lecho
...................y anaquel
se comparte el pan
se mece un niño
mudo descansa el libro su simiente
florece el amor y sueña el hombre
y al polvo vuelve en su regazo
..............................................al fin



De su libro: "Ciudad perdida y mientrastanto"

-Salta, Argentina-

ANA MARÍA GUERRA


EL CHACHO


Nació en La Rioja y su épico sino
Fue en batalla, una tras otra,
Allí donde su suelo lo reclama
Con las leyes propias del caudillo
Y los colores patrios en la lanza.
Su respeto al adversario lo distingue,
La intrepidez y el arrojo son sus armas.
Rubio caballero de viril estampa
Conoció perfidias, ignoró calumnias,
Padeció el exilio, supo de la infamia.
De auroras y ocasos, suerte del soldado,
En fieros combates templóse su alma.
Un triste noviembre, mortaja de cardos
Purpurada arena, espectros de lanzas
Trepida en el llano el grito del Chacho.
Un triste noviembre de luna sangrienta
Después de cien lides muere por la espalda.
No en fusilamiento, no en una batalla,
Muere por degüello en medio del sueño
Mezclada su sangre a la tierra que ama.
El partido que clama progreso, progresa,
Cosiendo su cuerpo con diez puñaladas.
Y huyen, la noble cabeza ya blanca
Debajo del brazo, que luego, en picota,
"Para que la chusma aquiete seis meses"
Exhiben ufanos en Plaza de Olta.
Transido de duelo y orgullo
Al pueblo riojano le nace una copla
"Peñaloza diz que es muerto
No hay duda que así será,
Tengan cuidado magogos
No vaya a resucitar"
Y suelta al viento la crencha
Sin presente ni pasado
Entre un bramido de lanzas
Galopa el Chacho en los llanos.

-Buenos Aires-
N. de R. Ángel Vicente Peñaloza, apodado El Chacho, (Guaja, provincia de La Rioja, 1796 – Olta, 12 de noviembre de 1863) fue un caudillo y militar federal argentino, uno de los últimos líderes de esa corriente alzados en armas contra el centralismo de Buenos Aires.

lunes, 4 de octubre de 2010

MICHOU POURTALÉ

EL SATORI EN NÉSTOR PERLONGHER



.................Con un rebrote amazónico entre manglares brasileños, surge el borbotón histriónico del verso argentino de Néstor Perlongher. Su extravagancia a flor de piel se apodera de nosotros en lo que él llama “un frenesí negativo” y nos arremolina dentro de su decir como en el de “un saurio en las maromas del abismo”.
Antes de abordar la obra de Néstor Perlongher es necesario conocer que nace en Avellaneda, la noche de Navidad de 1949, provinciano, la gran urbe del suburbio lo marca con firmeza. Cuando contrae sida, recurre al Padre Mario Pantaleo. Perlongher sabía que con la imposición de sus manos el Padre Mario aliviaba y hasta curaba a quienes acudían a él. Guiado por la fe, peregrina hacia los pagos de González Catán al encuentro del Padre. De estos encuentros nace el poema “Alabanza y Exaltación del Padre Mario” que expresa confianza y devoción por parte del poeta, quien finalmente muere un 26 de noviembre de 1992, en San Pablo, Brasil, donde residía.
Este sociólogo y antropólogo fue en su juventud militante de izquierda, más tarde se aleja y lucha por los derechos del homosexual dentro del Movimiento Homosexual Argentino. Sociólogo, ingresa en la maestría de Antropología de la Universidad de Campinas, Brasil, de la que es nombrado profesor.
Entrevistado el poeta confiesa que reconoce las influencias de Góngora, Lezama Lima, Rubén Darío y Severo Sarduy. Estas lecturas distorsionan su verso, lo retuercen de manera tal que con palabras él obtiene una voluta, sierpe mordiéndose la cola, dando lugar a un estilo al cual denomina “neobarroso”, término que reúne en contradicción la perla deforme del barroco con el barro del Plata. De esta tan peculiar forma, él logra poemas que son una provocación de audacia extrema, a veces hasta una revulsiva muestra de excepcional riqueza como fidedigno arte de entreverada orfebrería neobarroca. El crítico Osvaldo Baigorria, en relación al estilo de su amigo poeta, dice: “Perlongher escribía contra el realismo que pretende documentar la realidad y contra el romanticismo que hace una literatura de la confesión. Buscaba eliminar el yo en la poesía, que el poema no tuviera un referente externo, que se sostuviera por sí mismo”.
El poeta sabe que la poesía no se inventa por voluntad, el instinto creativo que él posee lo lleva a mostrarse espontáneo y genuino, ya que sin buscar lo discordante logra un raro entramado de apelmazada textura en forma tan natural que lo distingue entre los poetas de su generación. Su verso explota como fuego de artificio provocando una notable parafernalia seductora, por ejemplo en el poema “La Almena, los Caballos” de su primer libro “Austria-Hungría” (1980) dice: “Si, acodado en la almena, no viese morir a los caballos / se pudiere pasar, envuelta en gruesa manta, al otro lado? / No hubiera que decir: hay una almena, un foso donde flota / un puente por donde no cabalgan, ya levado / Es natural que crepen los caballos / mientras se está acodado / y el ruido de la piel de los caballos / contra el agua tortuosa / en una almena acomodado, atado / mientras caen los caballos ? / el ruido de la caída de un cuerpo en el / caballo?”. Ya en el libro “Alambres” (1987), su preferido según lo declara en alguna entrevista, aparece la temática de la homosexualidad cuando Perlongher, tratando el tema del miché, personaje que vive del comercio del travesti, dice: “El travesti, drapeado entre fantoches de irisable mondura: / monda, monda: ronda, cercena y raspa: la mondura / montada en cardenales, en fetiches: pescuezo de lamé, cuello de gata: / botella atravesada: el irisado almácigo: hortelano / curva, cencerro y paja: la travesti”.
El poeta confiesa su elección homosexual y con un desparpajo que le es propio ironiza sobre el mundo que lo rodea hasta llegar a la mofa con altura. Esta elección de género para sí, hace que el género poesía se desdoble para dar marco permisivo a un pensamiento estrambótico pero a la vez particularmente bello. Esto se debe a que Perlongher posee un don que le surge desde el inconsciente cuando pone palabras que conjugadas entre ellas dan al verso giros insospechados. En su poesía neobarrosa se encuentran términos criollos como: patacones, rastras, bagual, chiripá amarillento, circuito en pangaré, rebenque, facones. Por otro lado él también desarrolla una poética de lo urbano. Escuchemos estos fragmentos del poema “Viedma” del libro “Hule”: “¿Qué es para mí Domínico? ¿Qué es Quilmes? / ¿Qué es Ezpeleta con sus zaguanes inundados? / ¿Pantanales de Hudson con su lama católica? / ¿Sus cintas? / ¿Sus recados de fino colomí? / ¿Sus lagartijas de papel plateado?/ ¿Sus bombachas?” y en el mismo poema el poeta nombra también a “la Quema, en la Boca, en la Basura”, luego más adelante dice: “En Lobos, donde Juan Moreira / besa a Julián en el andén¡ / desde Echeverría, donde Moreno / azuza las ovejas coloradas / con el estambre híbrido de un moño”. Tampoco Perlongher se priva de hacer economía en la elección de registros de vocablos como lamé, paño lenci, brin, rayon, tafetas, paño a lunares, muselina, saquito de banlon, lentejuela, capelina y otros probablemente nacidos del costurero de su madre que era modista. Éstos se vuelven habituales fonemas que suenan como trombas o cellos en el verso neobarroso. Ese todo absoluto viaja de poema en poema, dejando entrever con signos de un modernismo anárquico, el vaivén de su propia vida. Es necesario para el lector devenir permeable ante la vibración del verso de Perlongher, un verso que por momentos se supone puede generar cierto desagrado a un público prejuicioso como en el caso del poema “Riff O RITZ” que dice: “Después Dios y toda la novela de las nubes. / Monjas flotantes, en pelota. / Asoma la brillante estolidez / en alas flojas de cetín celeste”, el mismo poema termina así: “toda la melancolía de la tarde / no alcanza para contener / el trágico cimbroneo de la carne”. Lo que interesa realmente es el trato de su barroquismo lírico que lo alza en vilo, para sostener sin métrica alguna, versos de extrema construcción-deconstrucción, asumiendo un riesgo muchas veces difícil de entender, ejemplo son estos versos de “Superficies Paganas”: Erguías / en el sublime transparente, los andariveles / de una joya que ríe al irisar / de pegajosa piel ébano chirle”. El poeta, en su rastreo interno dice que: “no nada sino que se deja llevar, ser arrastrado, en el remolineo de las hélices por el torrente pantanoso” y así se vierte y al mismo tiempo se con-vierte incontenible a través de textos abigarrados. Estos permiten que aflore su mundo, una guardada epifanía encofrada en lo hondo del ser, la riqueza de un escenario, como él diría, de lamé arrasado, un sostén de raso para lastimadas heridas. Si se pone el oído de lector atento en el audaz ritmo del poeta, acude en sordina el timbre de un yo lírico escamoteado a lo largo de toda la obra. Esta obra consta de seis libros, el primero, “Austria-Hungría” (1980), destaca el toque sensual como una constante que impregna al verso de Perlongher. “Alambres” (1987) conlleva el tinte de lo épico. Cabe mencionar la crudeza realista del célebre y extenso poema “Cadáveres” que delirante marca el tiempo de una realidad histórica: “Bajo las matas / en los pajonales / sobre los puentes / en los canales / hay cadáveres. En la trilla de un tren que nunca se detiene / en la estela de un barco que naufraga / en una olilla que se desvanece / en los muelles, los apeadores, los trampolines, los malecones / Hay cadáveres”.
En 1989 se publica “Hule” como muestra flexible, brillante e impermeable de una materia a la que cierta crispación cuartea dentro del verso perlonghiano.
Cuando aparece “Parque Lezama” (1990), título que remite al poeta cubano Lezama Lima y a la vez resulta un homenaje al popular parque capitalino, el poeta reafirma su repetida tendencia hacia una temática erótica. Esa que sujeta al poema dentro de un espacio dedicado al placer y al gozo consecuente, ejemplo son estos versos del poema “Al Deshollinador”: “¿He de seducir al deshollinador / sólo para asegurarme del fracaso del trámite, / pues la chimenea se seguirá atascando, él atrapado en los ijares / y yo sorbiendo de la bota”.
Con “Aguas Aéreas” (1991) comienza una etapa más acabada y más reflexiva para el poeta, quien al transmutar su angustia, pone un aire de “visiones celestes” entre versos, los que entonces transmiten una sensación plena de orden espiritual. Perlongher, como antropólogo, se había abocado a indagar y a estudiar las creencias brasileñas y americanas. En su búsqueda, obtiene por fin un camino de iniciación que resulta decisivo cuando conoce el culto del Santo Daime, religión sincretista que le despierta una suerte de vibración de luz, un éxtasis de índole esotérico espiritual que lo lleva de a poco a lo que él llama: “una especie de satori de zanjón”. Perlongher al decir zanjón se refiere a aquella zanja barrosa que surcaba a lo largo, los caminos de tierra de su provincia; en cuanto a satori se refiere a un término japonés que usa como significado de súbita luz mental que aliena el estado incondicionado de la mente. Así lo expresa en su libro de ensayos “Prosa Plebeya”, dentro del capítulo dedicado a la bebida llamada Ayahuasca o yagé, que opera como alucinógeno. Allí relata las nuevas experiencias que lo acercan a lo sagrado cuando logra un punto de partida para un cambio interior que se manifiesta en “Aguas Aéreas” y donde, a modo de introducción, el poeta pone palabras de Santa Teresa de Ávila: “Es como ver un agua muy clara que corre sobre cristal y reverbera en ello el sol”. Los dos elementos agua-aire lo empapan de emoción y un nuevo soplo luminoso le insufla credo y complacencia. Los versos finales del poema “Diamante” dicen: “Era el cristal / las mil facetas del cristal / los brillos rítmicos / los himnos / celebratorios de una / anunciación / caleidoscopio / frenesí esmaltado”.
Gracia de lo alto para un concreto auto de fe, “Aguas Aéreas” opera como preámbulo para el libro póstumo “Chorreo de las Iluminaciones” (1992), que completa con su aparición la obra de Néstor Perlongher. El título del libro da a pensar que si, por un lado, lo que al chorrear sale y se dilapida en tono de lamento, por el otro esa pérdida germina en poema dando a luz una oración parida con fe casi mística. Esto es lo que acontece con el poema “Alabanza y Exaltación del Padre Mario” al señalar esa toma de conciencia espiritual por parte del poeta, quién ya padecía de lo que él llama “el mal de sí”.
Desde su comienzo, con la lectura del primer estribillo “Oh Padre”, el poema se va desgranando en los otros sucesivos estribillos con tono de incesante rogativa esperanzada, por ejemplo cuando se lee: “Oh Padre únzanos / con el sagrado ungüento de sus dedos de estrella abriendo una divina constelación de yemas en el marrón azul dolor de los pidientes que imploran su piedad la maravilla balsámica del viento de auras que proviene de la pirueta de sus manos”, continúa otro estribillo fervoroso que dice: “Oh Padre tráiganos / la fe las cosas buenas simples como gasas criollas tendidas en el alero de una higuera y la ilusión de un día un lindo día acceder a la elipse callada de su sueño silenciosa callada como un callo del alma de cuya emanación surgiesen sílfides emancipadas de las olas aéreas como aguas aéreas voladoras que dicen que entre las estrellas de más oscura noche se alza la cifra de su mano”. “Concédanos Oh Padre”…. y así sucesivamente.
Si tomamos por un lado el poema en sí y por el otro sólo sus estribillos, se desprende un subpoema que arma una larga y grandiosa oración de humilde canto: Oh Padre calme, Oh Padre cúrenos, Oh Padre párenos, Más Oh Padre soporte, mándenos su energía su luz, Oh Padre vuélvanos buenos generosos gentiles, Oh Padre sálvenos de esta locura, Padre acarícienos reconstitúyanos el aura, Oh Padre amase los agujeros del alma, Padre no nos olvide, Oh borravino Oh Padre como el ruedo de la sotana, Oh Padre al fin protéjanos de nosotros mismos de los otros, Padre su claridad su más que iridiscente claridad, Y resplandece Oh Padre resplandece de nuevo la extraordinaria vuelta de la luz, Oh Padre dénos la luz !!!.
Es así como Néstor Perlongher se muestra distinto con esta genial partitura, escrita sin artificio ni retórica, que lo trasciende mucho más allá de lo inmanente, habiendo experimentado con intensidad la vida hasta el límite de su fuerza, siempre tratando de hallar como buen arqueólogo en cada pliegue, en cada hueco, más allá de lo sórdido o perverso, algún indicio de la verdad única.
Con la muerte a través de su obra, Néstor Perlongher renace en aire diáfano para ser reconocido y consagrarse así como el poeta del Neobarroso, ése al que él autodefine como “un barroco plebeyo, de trinchera, un barroco de barrio”. ©


-Buenos Aires-

domingo, 3 de octubre de 2010

LAURA BEATRIZ CHIESA



NUESTRO AZAR


Pertenezco al salón y a la partida
donde el juego de azar guía los actos.
Donde el naipe marcado sella pactos
dominando al que hoy juega su vida.

También reparte cartas e invalida
ciertas manos por ser casi inexactos,
los puntos que acreditan. Sólo exactos
son los llantos, la risa, la medida

que nos toca vivir. No hay alegatos
que anulen ese dar ni hay arrebatos
que puedan evitar lo recibido.

resignación y fe son nuestro escudo.
Detrás de él las cartas al desnudo
sustentan nuestra suerte en el partido.

-Buenos Aires-

MICHOU POURTALÉ


Afuera la calle, el tórrido desliz
del verano en la cocina es verde
el pothus, un splenium en profuso verde,
se los ve radiantes.
Acariciadora de hojas mi mano
percibe un ritmo y me inclino
a mirar la insistente, minúscula ala
que sostiene el aire. Es un revoloteo
de mosquita veraniega abriendo
su espacio sedosamente,
tajeándolo sin hilo que la sostenga
ella vibra con incesante agitación.
Un deseo me nace, un amparo
detiene la mano. Elijo la vida para ese ser.
En un rapto, el toquecito gris se borra
ante la vista y un fue de lo que fue
con asombro, sondea mi alma.
De su libro: "La Misma que Soy"

-Buenos Aires- 

MARÍA CHAPP



J O H N






anteojos rotos






...................frente al Dakota








luces






panes y flores







John vuelve a casa





canta





camina












cae





sin Julia



sin Yoko







sin mí

 
-Buenos Aires-

MARITZA LUZA CASTILLO



UNA TUMBA PARA LA MEMORIA

Dónde halla la memoria una tumba
Dónde acierta
Con topar una grieta
Que entierre la voz
Y el clamor degradado porque ama
Desde los confines
De la sinrazón
Por favor
Que nadie se mueva
Ni pronuncie
La sospecha que soy yo
Quien en la intemperie está
Convertida en una cerradura
Fría hasta las puntas
De las alas de ceniza.

Desde el martes el mundo
Me grita
Para que no pierda el tendal
Atado a la próxima mañana
Pero has de saber
no fueron ellos
Quienes me expulsaron
Sino tú
Y tu ángel de sentimientos
Estériles
Que te invita a volar
Con los juegos de su mente
Cuando en verdad
Es una fiera que disfruta
Los abismos
En que pierde a la gente.
-Lima, Perú-

IRENE MARKS

LA HERMANDAD SECRETA: INICIAL

Cuando levantaron campamento
había pequeñas nubes
Indicios
de tormentas lejanas

Y plegaron las banderas
que en las carpas
...........................ondeaban
guardándolas
en el reparo del corazón.

Pues sabían
que por todo sendero
el día del horror se iba acercando.

Mas cuando caminaban
por la enorme prisión
de hierro y de cemento
que había invadido
t o d a l a t i t u d,
entre el aullido de las máquinas
sus voces iban limpias.

Porque las banderas c r e c í a n,
..................................s e      d e s p l e g a b a n
l o c a m e n t e v i b r a n t e s
desafiando las órdenes
que vertían las bocas
de los hombres- robot
De su libro: "La Hermandad Galáctica"


Buenos Aires-

MARINA CECILIA KOHON


De Ariadna y el ovillo de su sueño…

dichosa Ariadna
tensa su hilo
-un encaje de certezas y quimeras-
su deseo es un extremo

-la pulpa azucarada de la vida-

en el otro una puerta a la luna

-ella esperando con sus versos abiertos-

dichosa Ariadna
que roza al amor
y lo envuelve
abraza a la vida y la muerte
se juega todo
en la convicción de un Teseo

-aunque él sólo sea un extirpador de destellos-

dichosa Ariadna, todas las Ariadnas
dueñas de las rosas de los tiempos
y a cuestas sus cardúmenes de sueños mordisqueados
dichosas las Ariadnas
que no le temen al amor.
-Bahía Blanca, Buenos Aires-

STELLA MARIS TABORO

ZAFIRO

Ayer encontré un zafiro
con un profundo color de mar
tenía un brillo de sol
y en mis manos se vio refulgente

como cuando nace una flor.

Tal vez vino de lejos,
como perdida ilusión
y se prendió buscando refugio
en mi solitario corazón.

Fue un brillo extraño y esquivo
que huyó sin ninguna razón.
Abrió delgadas ventanas
entre mis dedos mudos de acción.

Hizo giros en el aire y su resplandor fugó.
¿Adonde fue el zafiro que en un momento
en mis manos se refugió?

Quizás no era yo el destino
de aquel zafiro brillante,
gema que llegó de un cielo extraño
visitándome un instante fugaz.

Busqué en el aire una respuesta
y mi voz llegó a mundos astrales.
Un eco retumbó desde aquel extraño zafiro
y con muchos signos frugales
en el suelo que yo pisaba
estas marca dejó:

Fui como toda oportunidad
brillante , tentando y fugaz,
unos las dejan pasar,
otros , que son muy sabios
sin dudas y por siempre
me adoptaron como a un capataz.
-San Jorge, Santa Fe-

LUIS RAÚL CALVO


DAMA VIAJERA

Hay distintas formas de ver pasar la vida
de contemplar lo bello o lo siniestro
que ha quedado perpetuado en algún sitio.
Son esas marcas, espejos de otros tiempos
que vuelven a la memoria y nos recuerdan
que una ciudad también carga con una cruz
en sus espaldas.
Es el peso de la historia
de las batallas aún pendientes
estigmas que nos acompañan estemos
donde estemos.
Como esa dama viajera, que ama a un hombre
pero que de tanto en tanto necesita cruzar
el corazón de Buenos Aires.
-Buenos Aires-

sábado, 2 de octubre de 2010

GUSTAVO TISOCCO


LA DAMA DE  SHALOTT
(De una pintura de John William Waterhouse)

¡Canta, canta aunque sea por última vez!

¡Canta
pues es la última vez!


Lo has mirado a los ojos
y rompiste las rejas,
debajo del vestido rosa
presentiste la vida.


Ya no quedan retratos
ni piadosos dioses.

Ahora esa barca es tu destino.
Por eso canta
y que la melodía sea para ellos espíritu,
herida abierta,
condena.


¡Canta!

Del el libro: "Pintapoemas"
-Buenos Aires-