domingo, 3 de octubre de 2010

MARINA CECILIA KOHON


De Ariadna y el ovillo de su sueño…

dichosa Ariadna
tensa su hilo
-un encaje de certezas y quimeras-
su deseo es un extremo

-la pulpa azucarada de la vida-

en el otro una puerta a la luna

-ella esperando con sus versos abiertos-

dichosa Ariadna
que roza al amor
y lo envuelve
abraza a la vida y la muerte
se juega todo
en la convicción de un Teseo

-aunque él sólo sea un extirpador de destellos-

dichosa Ariadna, todas las Ariadnas
dueñas de las rosas de los tiempos
y a cuestas sus cardúmenes de sueños mordisqueados
dichosas las Ariadnas
que no le temen al amor.
-Bahía Blanca, Buenos Aires-

4 comentarios:

Gustavo Tisocco dijo...

acabo de publicar este poema Normy, esto de que nos manden los mismos a los que tenemos sitio es raro no?
Todos dentro de un mismo mensajes en CCO
Hasta para mandar la gente tiene fiaca.
Saludos.

galáctica dijo...

Esta Ariadna es hermosa porque se juega hasta el final, este sueño profundísimo que da rumbo a su vida vale la pena, aunque fracase, aunque la abandonen. Este poema tiene un fuego interior maravilloso, que nos lleva con su lirismo y también su metafísica delicadeza al territorio de los sueños no cumplidos, que marcan sendas por su autenticidad. Felicitaciones Irene Marks

Gustavo Tisocco dijo...

Me equivoqué Marina, no era para ti el mensaje jaja, saludos y disculpas a ti y a Normy.

Anónimo dijo...

Dichosa, Ariadna, si, dichosa y dichosos nosotros por leer tan magnífico poema. Les cuento que leí, de adolescente, una novela no sé de qué autor que me apasionó y era sobra la vida de Teseo. El momento que más me impresionó fue cuando Teseo abandona a Ariadna en plena bacanal.
Besos, nos vemos.

Jorge Luis Estrella