martes, 6 de abril de 2010

MARITZA LUZA CASTILLO


SÍ TE OFENDÍ, LO SIENTO

Tengo visible la cara de la ofensa
Visible la eternidad del momento
En que el humo del tembloroso homicida
Ultimó la amistad a fuego lento
Lamento
Los poderes conferidos de la bruma
Espirales cuyos efectos
Conoces de memoria
En mi persona complicada
El pasado ensayó de nuevo la misma jugada
Sabiendo que debía a otro autor mi universo
Fue la bestia perentoria
Poniendo la garra en la yaga
Apagó la luz almibarada
Y me pregunto:
Sí las almas se trasmitían en los versos
Por qué
Si no fuera mi palabra
La que quebró tu alma
Dime quién
Despierta en sollozo dentro de mí
Cuando la poesía era el pan de cada día
En qué somnoliento soplo ataque
Abriendo tu herida, en mi costado?
Vuelvo al blanco nocturno
Agujero de borrascas
Túnel cavernario
Cuyo oleaje crepuscular
Tumbo a la arena el altar
Donde veneraba la poesía hecha amistad

-Lima, Perú-

3 comentarios:

Juan Carrizo dijo...

La eterna lucha de la "bestia y el hombre"genéricamente hablando,a veces se puede ofender hasta con poesías y clavar las garras en la yaga, eso ocurre cuando la "bestia" nos domina,pero siempre existe una oportunidad de apasiguar los ánimos con versos placenteros y mejorar las relaciones de amistad (buena poesía)se nota tu experiencia en las letras

mario capasso dijo...

aprovecho la siempre bienvenida oportunidad de leerla, para saludar a mi querida amiga en Lima,

Anónimo dijo...

...Agradezco a Juan Carrizo y a mi eterno amigo Mario Capasso sus gentiles apalabras para conmigo y mi poesia
un beso
malu