sábado, 7 de febrero de 2009

RÚBEN VEDOVALDI




PLURAL CLAROSCURO

Una sombra que soy yo se cita con una luz que también soy yo, en una plaza privada que es mi historia personal. Comparten el mismo banco de la memoria, en el que se sientan a hablar de mi ausencia en mi ausencia.
La palabra de luz y la palabra de sombra se entretejen hasta urdir mi imagen invertida. Y desde mi imagen, copian invertida mi semejanza, el negativo fiel de mi semejanza. Y desde mi semejanza, recrean mi aparición en presencia y actos.
Yo soy la plaza de mi historia; soy las luces y sombras de mi nombre; el cielo de mi identidad y el infierno de mi anomia.
¿Soy los caminos, tropiezos y saltos y atajos que vuelven a mi?
Hace una impresión muy fuerte darse cuenta uno de pronto, ahora, de estar cada vez más vivo y a la vez más y más muerto. Pensar que de aquí en adelante queda cada vez menos adelante y cada vez queda más atrás y que, aunque siempre fue así, hoy lo es más que nunca. Pensar que mirar atrás es reconocer que uno no se conoció nunca y sospechar que tampoco uno llegará a conocerse verdaderamente de aquí en más.

Cada día es un todo hacia “adelante”, o tal vez haya que decir: hacia cualquier parte.
¿Cómo se puede pensar, sentir, tener plena conciencia siempre de que estamos pasando que ya tenemos cuarenta y ocho años que mañana tenemos setenta veces siete años y doscientos años de soledad no robotizada y que ya casi se nos fue la muerte y la vida detrás de la muerte, dándonos cuenta de que no nos dimos cuenta, o, cuentas de un rosario que nos disgrega, sin darnos cuenta de que nos dábamos cuenta de tanta condición errónea.?

Pasamos embrujados, hechizados por el hilo que se gana y se pierde y se vuelve a ganar y por el que uno trata de urdir sentidos en la alfombra mágica, filigranas de subatómicas cuerdas en la espesura del absurdo, del no sentido, del vacío y sus laberintos.
Ninguna palabra es y ningún silencio es, si uno se queda reflexionando en el turbión, en ese dis-contínuo punto inter-universal en que ya no estamos en el universo que fue pero tampoco hemos atravesado totalmente el agujero negro hacia el Matrix al que vamos.
¡Cómo va cambiando todo! Cómo vamos siendo atravesados por un todo y otro. Y una permanencia cambiante y un cambio permanente y otro y una ausencia absoluta y una interrupción y otra ausencia y uno y todas las otras cosas que también eran uno o serán uno. Pero... ¿A qué venía uno? ¿A dónde?

-Capitán Bermudez, Santa Fe-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Rubén: Excelente prosa que deja al lector interrogantes para resolver.
Víctor Hugo Tissera

Anónimo dijo...

Este especial saludo para mi amigo Rúben!!!
Te mando todo mi cariño y un fuerte abrazo.
Normy