sábado, 7 de febrero de 2009

HÉCTOR CEDIEL


LAS VOCES DE LAS MASCARAS


Ahora habla la madera del rostro
la fauna, la picardía, el dolor, el sufrimiento
se inmortalizan en imágenes congeladas
donde el espíritu grita o se expresa
sin sonrojos, sin barreras ni falsos espejos

Las manos poéticas del imaginario
ingenian las sonrisas y mil rostros del alma
La voz invisible de los ancestros
reinventa cosmogónicos versos

Mitos y leyendas han brotado de la huellas
del oso, del jaguar, del mico, del delfín, de las serpientes
El brujo ha cantado y pensado por ellos
hechizado por sus sentidos narcotizados

Los cantos y los sonidos de los bosques y de los ríos
se confunden con la lluvia de los sonidos de los loros
y los rugidos que despiertan o atemorizan la selva

He masticado coca y ayahuasca con el curaca
me he desnudado para que no me coja la mala hora
ni para que me entunde por culpa de los malos espíritus
Me han cubierto con flores para que comprenda
el efecto, la gratitud y la alegría del enjuague

Hemos exorcizado los espíritus de la violencia en el ritual
atrapamos al gallo volando y vimos danzas al matachín
Las mujeres amamantan los fantasmas de los suicidas
y se implora la alegría y el perdón bajo la máscara

El oro, el cedro, la quina, el caucho desolaron la tierra
El espíritu chamánico desfigura las risas y los rostros
mientras el yagé barre los maleficios
bajo el rostro de dantas, cerdos, coatis y la voz del taita

Todo ha muerto, Amor mío, absolutamente todo
Se han borrado las huellas de nuestros antepasados
ha desaparecido el nativo con rostros de madera
Nada sobrevivió del antiguo indígena... ¡máscaras!
¡Solo máscaras! y las lágrimas de los versos de sus cantos

de su libro: "El Perro Vagabundo"
-Colombia-

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