EL JARDÍN SE MUERE
Las flores del jardín están llorosas;
la dueña del lugar no sale a verlas;
aromas a punto de perderlas,
quedando de colores horrorosas.
Se asoman a corolas muy vistosas
con pétalos de nácar como perlas;
las miro orgulloso de tenerlas
y veo que se mueren esas las rosas.
Tristezas recorren mis jardines
con cantos de las aves apagados,
y aquella bella fuente se ha secado.
Lloroso buscare los comodines
que traigan al jardin esos estados,
con cantos amorosos disfrutados.
Ciudad Real, Madrid
3 comentarios:
Gracias, Norma.
Es un honor muy grande.
Un beso.
Emilio.
Parece, coterráneo, que no me quieres escuchar. Cuenta...cuenta,,,cuenta. En el soneto es imprescindible. Mera.
Muy bonito, Saludos,
Amalia
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