viernes, 10 de diciembre de 2010

MARCELO VALENTI


Escribo sin pausa
renglón tras renglón,
el nombre de la forma
fetichizada del mal.
Y como un
mantra lo repito
en susurros,
como si,
en la reiteración, en
permanecer
expuesto a sus emblemas, anulara
sus efectos, desanudara
el miedo. trucos, para que
esa palabra nunca me lastime.

de su libro: "Eespejo Jardin"

-Rosario, Santa Fe-

2 comentarios:

Juan Carrizo dijo...

Alguien dijo que la repetición es la madre de la memoria,asi que el resultado te será al revés,el poema está logrado,se enfatiza el espíritu de investigación en los senderos sinuosos del espiritismo ¿cuidado!

galáctica dijo...

La magia de la palabra, su poder ancestral, en este poema que rescata el origen de los sonidos, la chamánica voz de los que penetran la cortina de niebla, como nuestros hermanos originarios lo hacían.Logradísimo Irene Marks