IRENE MARKS
POEMA PARA LAURA
Escribo este poema para mi hija quien dice que no le escribo
Y sin embargo estoy todo el día escribiendo para ella en mi corazón
Las palabras no dicen
Cómo decir pétalo suave en la mejilla, ojos de resplandor que llevan siglos enterrados
Y una extraña sabiduría en la mirada que tiene el aura de la serenidad
Cómo decir las manos que hacen deshacen sin temblor aparente sin estridencias
Cómo hablar de los pasos de la luz y el dolor sin medida de los que tienen alma
Como los azahares en canto de dulzura tendés tu cabellera al sol del mediodía
Tu canción resuena como una campana graciosa junto al gris y el blanco de los gatos
que se acercan a besarte los dedos
No puedo decir no puedo decir son demasiadas cataratas de flores que me cubren
y me alegro porque no hay otra palabra para decir tu nombre
.........................LAURA
-Buenos Aires-
5 comentarios:
Irene; qué bello poder escribirle a una hija, porque ella lo requiere, explícitamente. Si bien los hijos están en muchas cosas que se dicen, a veces se necesita tener ese rinconcito con nombre, para sentirnos únicos destinatarios de esas expresiones.Un abrazo de,
Gracias querida Norma por la publicación y gracias también Laura por el comentario.Es verdad que es difícil escribirle a la gente a la que más queremos, a veces no hay palabras y lo del "rinconcito" me pareció muy cálido.Besos a las dos de Irene Marks
Que bello poema Irene,no era para menos,con semejante musa inspiradora,seguramente le llegó al corazón haciéndo meya en él,para quedarse en sus latídos para siempre
Querida Irene,
es cierto, "las palabras no dicen" a veces la palabra se torna inhábil, principalmente para nombrar la gracia de un nombre; tan luego si ese nombre pertenece a la prolongación de uno mismo. Hay una sabiduría que no te es ajena y se refleja en esa "extraña sabiduría en la mirada" de Laura.
Armoniosa conjunción hecha canto. Te felicito!!!
Cariños
Elisa Dejistani
Hola Irene, "ojos de resplandor que llevan siglos enterrados", por esa sola expresión el poema es misterioso y bello, por esa presencia de la ausencia en la mirada que refleja los ancestros. Y el reconocimiento de la indecibilidad de ciertas experiencias, un trabajo de artesana, gracias, un abrazo
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