jueves, 10 de diciembre de 2009

ERNESTO GOLDAR

TANGO


No sé si será culpa de Borges,
los adoquines, la calle o esa casa,
pero él ha conseguido priorizarse
como el recurrente inevitable de todo lo que sea novias
...............olvidadas,
muchachas llevadas levemente de la mano.

Se lo oye y regresamos,
se lo canta y sentimos la perseverante sencillez de las
..............palabras
mil veces repetidas pero tan casuales que siempre caen
.............oportunas.

Está ella, la infancia y un amigo,
Carlitos de la risa confidente y la irresistible intersección
de una esquina donde la vimos en aquella vuelta
y sirvió para los encuentros que se perdieron
............acompasados
como corresponde con la melodía.

Un tango es Corrientes y Medrano,
Plaza Flores, Boedo y San Ignacio en la cortada,
Independencia y Balcarce por mi barrio.

Se trata de un rasgueo tan melodramático
Que sería bueno nadie nos vea tararearlo
Para salvar ceremoniosamente ese cacho de vergüenza
...............Que nos queda.


"Instinto de conversación"
Ediciones Ultimo Reino


-Buenos Aires-


5 comentarios:

Gustavo Tisocco dijo...

qué bueno Ernesto encontrarte y leerte en lo de Normy, un abrazo Gus.

Anónimo dijo...

Ernesto: en tu poema está San Telmo
junto a Borges, lugar donde se... "abren los caminos de la mente, viendo sangrar verdines en sus casas" como digo en un poema. Muy bueno, te saluda Laura Beatriz Chiesa.

Rolando Revagliatti dijo...

Cuánto disfruto, querido Ernesto, de tu rigor a la hora de disponer de las palabras: "ceremoniosamente ese cacho de vergüenza".

Anónimo dijo...

Querido Ernesto: Me pareció, al leerlo, que lo estaba escuchando por tu voz. Tenés una forma de decir, en este caso, el poema, no tu voz, rigurosa como dice Rolando y profundamente original y enternecedoramente nuestra. Gracias por tanta inteligencia bien usada.

Jorge Luis Estrella

Anónimo dijo...

Inefable tu poesía querido Ernesto y qué buenos y felices comentarios he quedado sin palabra para decirte lo mucho que me encantan tus barrios, el adoquín, las novias... entrañable, un simple gracias
Michou Pourtalé