viernes, 10 de julio de 2009

CARLOS MARGIOTTA

MUJER DE PIEDRA

En el principio era el caos.
Después, una mujer
encerrada en la piedra
Entonces apareciste tú,
pájaro de arena y viento,
barajando un destino prohibido.
En tu vuelo fuiste niebla,
grises sobre la piel mineral,
pechos, madre.
Y te posaste desnuda
sobre el agua del adiós,
como una ausencia.
Tu seno se abrió
con misteriosos bandoneones
de mármol y cielo.
Nervaduras fértiles de fuego
encendieron la noche,
y tu parto fueron estrellas.
Las espigas buscando el sol
cantaron una plegaria
de adoquín y esperanza.
Signos, huellas de dos caras
grabadas en la tierra curva
de rectas y olvido.
En el final fue la piedra.
Después, palabras.
Y todo se volvió eterno.


-Buenos Aires-

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