martes, 24 de marzo de 2009

SANTIAGO BAO


LOS TRUENOS DE LA MEMORIA

Yo también me distraje
camino de la escuela
medias hasta la rodilla
guardapolvo blanco
por una piedrita luminosa
por un brillo
que me hacía retornar
por la calle arbolada
de naranjos amargos.
Yo también sentí el desamparo
de cosas que todavía
no se habían ido del todo
y se incorporaron a las frías
sombras de los desvanes
o los sótanos umbríos
y ahora
se aglutinan reservadamente
para congregarse otra vez.
Yo también oigo los truenos
sobre el río de la memoria
y espero la lluvia
que disipará la última lágrima
sobre la gran Madre Tierra
abierta que desde siempre
aguarda.


-Villa Gesell, Buenos Aires-

2 comentarios:

Juan Carrizo dijo...

Los truenos y relámpagos despiertan la memoria de su letargo y nos hacen recordar tantas cosas,que no parecen significativas en principio,pero que a travez del tiempo toman dimenciones insospechadas,echan raices en el alma,cusándonos nostalgias,que arropan lágrimas detras de los párpados perplejos y absortos

Agustín Gribodo dijo...

Mas allá de las connotaciones que van desde la tumba esperando una vida al final del camino hasta, por qué no, un planeta que no da más y espera la muerte. Hay en este poema un ritmo, una cadencia, una respiración que habla de algo más que inspiración, es decir, algo que tiene que ver con una búsqueda y el trabajo de llegar a la voz propia. Ésa es la aspiración de todo poeta.