sábado, 7 de febrero de 2009

SUSANA LIZZI


EN ESTADO DE VERDAD

Zancadillas de la edad ponen freno a mi impulso.
Trago todas las sonrisas que floreaban mi casa.
Arranqué todas las raíces de las tempestades
y ahora, en silencio, me encamino a la ruta de los viejos.
Mi vientre está en plena aridez.

Secas las ramas añoran otras hojas
soleadas; entrelazan los muros de una hiedra en pedazos
y se declaran muertas de toda mortandad.
La piel cambia su brillo por mortaja
y se cubre del hábito de los cuerpos gastados.
No alcanza con la resignación, ni con la estudiada
indiferencia ante la decrepitud.
Nada es tan fácil,
solamente hay que cruzar el río caudaloso de los años
con las piernas convertidas en piedra
por el estrecho puente de la muerte
y sonreír
después de todo
no hay más nada que hacer.
Salvo los sueños.


-Gualeguaychú, Entre Ríos-

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Susana: un placer leerte, muestra un ser sensible y delicado!!!
Un abrazo de Normy

Juan Carrizo dijo...

Es cierto se agrieta la piel,se mudan las células y con ellas parte de la vida,pero también es verdad,que tomamos experiencias madurez emocional y no solo peinamos canas también ideas pensamientos loables,razonamientos equilibrados que nos hacen mejores personas,mejores padres y abuelos (buen poema que nos debe llamar a una reflexión,aprevechar la juventud los brios que poseemos y edificar en nuestro entorno un medio ambiente saludable con inclinación hacia las cosas espiritueles y decorosas

deliteraturayalgomas-2 dijo...

El lirismo del poema y el final suavizan la realidad.
Siempre es grato leerte
Un abrazo
Betty