miércoles, 1 de octubre de 2008

MARCELO JUAN VALENTI


El
intruso de barro
depreda
los almácigos.
Busca la
espora
que cifra
el silencio.
Sólo una perla enloquecida puede ayudarlo.
Pero,
está dispuesta, lo hará,
ya se queja el horizonte,
escindido
por el triunfo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MARCE: AMIGO ROSARINO, UN LUJO LEER TUS POEMAS.. NOS VEREMOS PRONTO.
NORMY P.