viernes, 19 de septiembre de 2008

SUSANA CASATI


MUERTE Y RESURRECCIÓN DE UN GIGANTE

Un largo graznido agónico precedió al trueno que estremeció tierra y aire.
Bandadas de pájaros huyeron despavoridos. El gigante había muerto.

El gigante yacía en tierra. José lo acarició con mano potente y afectuosa:
-Renacerás y glorificarás la Vida.-le dije-.
Como todo creador había sabido, al instante, que “su” idea había encontrado el nido ideal en el vientre fecundo de ese inmenso cedro del Himalaya, especie venerada en la China y usada para construir templos.
El árbol había muerto. ¿Por qué? La construcción de la autopista habiendo alterado los efluentes del arroyo Cildañez, muchos bellos ejemplares perecieron.

En toda obra la idea es el punto de partida primero y necesario. Pero la realización de ésta requirió ardua, larga y difícil tarea.. Genialidad sin sudor nada concreta .Se necesitaron una voluntad férrea, un trabajo ciclópeo y un encadenamiento de manos solidarias que se unieron como por casualidad…
Todo esto lo supe hace pocos días. Recién en el año 2007 me topé con el coloso revivido y quedé fascinada, enamorada de él y de lo que albergaba en su inmenso tronco profundo. DESSENO 2000 fueron los datos que, grabados al pie, me permitieron conocer al autor de esta maravilla.: una hermosa familia, un hombre abrazado a una mujer encinta, un niño pequeño junto a su madre, acariciando su panza, todos, enlazados con amor. En lo alto, una mano de siete dedos- los siete días del Génesis-, dice a quien mire esa cúspide de 8 metros:
-DETENTE. AQUÍ ESTA LA VIDA.
Julio, enfermero siempre y escultor de a ratos, me dijo:-Lo conozco. Vive cerquita de aquí, casi sobre el Parque Avellaneda .Previo acuerdo telefónico, llegué a la casa de José Desseno. Casa única, taller único, como la persona que los forjara y allí vive. Su jardín, un bosque de hombres y mujeres abrazados, enamorados, de bandoneones cuya madera hace música al mirarlos. Todos, renacidos por la mano y las herramientas de José, que él fabrica, como cada escalón de su casa, como cada escalón de su vida. Adentro, cordialidad de su voz, mesa y asientos sui generis. Como la tarta con dulce de la casa-¡Qué rica!,-. Como el té con canela, como el Premio Fortabat y otras importantes distinciones, como los obeliscos de mármol de La Pampa, material extraído y trabajado por él, como las fotografías del concurso en madera de Misiones, en piedra en Mar del Plata., como las fotografías de las distintas etapas de la obra que allí me llevara.
Mientras tomábamos el té me narró la sucesión de “causalidades” que permitieron que su empeño y su tesón no fueran vanos y que la obra que tanto admiro pudiese ser realizada y concluida felizmente:
a) Un amigo en motocicleta, poseedor de una motosierra.
b) Trueque de gauchadas.
c) Una topadora trabajando en el Parque, que mueve el tronco según la necesidad de la talla, realizada con el tronco horizontal.
d) La creación de una pala –cuchara, para hacer el profundo y difícil pozo.
e) El hallazgo, en casa de una vecina, del caño de las dimensiones precisas para apuntalar la obra.
f) El préstamo de una poderosa grúa que yergue y asegura en tierra el árbol esculpido.
Y, por encima de todo este encadenamiento de “causalidades” y manos solidarias: genial inspiración, numerosos y profundos conocimientos previos y una fuerza y tesón inmensos. Esta obra hermosa y de tan extraordinaria realización dice, a quien la vea con los ojos del alma bien abiertos: -“AQUÍ ESTAMOS: HOMBRE, MUJER, AMOR, HIJOS, FAMILIA. . SOMOS VIDA. EL ÁRBOL TAMBIÉN ES VIDA QUE NOS ALIENTA Y NOS SOSTIENE”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

GRACIAS! SE LO PASARÉ AL ESCULTOR.
ABRAZO
SUSANA

Anónimo dijo...

A todo ésto, releo la nota de la hermosa revista "Papirolas"y veo no aclaré debidamente, que el grupo escultórico de José Desseno, está en el " Parque Avellaneda."
Gracias y abrazo cordial.
Susana Casati