domingo, 3 de febrero de 2008

RAÚL ACOSTA



HABLADURÍAS


Han vuelto los fantasmas
del eterno amor.
Se están llevando cosas.
Gestos, palabras, horarios.
Desovan sus lágrimas tras la puerta,
en la ventana escriben
la palabra mágica: recuerdos.
Cualquier imprecación los alaba,
la convulsión exalta su paseo.
Temor decir un nombre,
que aparezca como ayer la voz,
la canción.
No hay que creer en estas formas
ilusorias, bromas de la memoria,
memoria que tanto vale...
Digo. Callo.
Pensando en estas cosas me exalto.
Lloro.

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