viernes, 1 de febrero de 2008

JORGE LUIS ESTRELLA



LA MUERTE, DE PRONTO

Temo encontrar la muerte, que se cruce conmigo
una tarde, de pronto, al doblar una esquina,
que me tome del hombro como quien va y camina
por las calles del centro con su mejor amigo.

Que al entrar a mi casa y al abrir el postigo
compruebe que el ruidoso no cruje ni rechina,
que la planta no crece, que el pájaro no trina,
que el pan es un recuerdo despojado de trigo.

Que la he perdido a ella, que ella me ha perdido,
que mi boca está lejos del calor de su boca,
que su grito se esfuerza por llegar a mi oído.

Que no puedo ayudarla aunque se vuelva loca,
que ya no tengo oído, que ya no tengo boca,
que nuestro amor se halla a merced del olvido.

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