sábado, 8 de diciembre de 2007

CRISTINA PIZARRO




CRISÁLIDA

............................ A Edith Casinelli
Cuentan las siemprevivas de mis cestos perfumados:


Despojada de esa muralla inexpugnable,
como una valquiria me arrojé al navío.
La orilla de mi cuerpo
hechizó a un marinero lascivo.

Dónde estará aquella boca salvaje
que cercenó los nubarrones de mi pecho aciago.

Las lanzas clamaron al mar.
El velamen áureo floreció sobre las olas.

En la danza macabra,
irradié dones por el Gólgota.
Y escondida detrás de un guijarro tenebroso,
me sumergí con prisa,
en una fuente de hidromiel.


"Jacarandaes en celo"
(2003)

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