domingo, 19 de agosto de 2007

GUSTAVO TISOCCO

Ahí
donde juego a la rayuela
y con mis hermanos nos escapamos al río
a embriagarnos de fábulas.
Donde a lo lejos diviso todavía
al indómito tren de aquella estación.

Ahí donde nazco y perezco
según otoños que encarcelan octubres,
donde la música del viento
me recuerda aquellas calles, aquel pueblo.

Ahí donde no hay almanaques
y conservo aún los ojos tristes de mi perro.
Donde el circo luce su carpa reluciente,
donde salgo al recreo
donde me invaden perfumadas mandarinas.

En ese lugar donde tener memoria duele,
los muertos parecen latir
sin vejez, sin andamios.
Donde habitan también tantos desamparos,
niños de cartón, mujer desgarrada.

En ese lugar donde hay un país vencido y mutilado,
palomas bombardeadas,
clausuradas plazas, iglesias infames.

En ese lugar,
ahí, en mi paisaje de adentro,
mi casa aún es refugio

mis manos palabras.


ooooOoooo


La casa es una tumba
donde a diario la abuela
llora al hijo muerto.

Ella
despliega estampitas
de venerados santos
e implora.

El abuelo
tiembla su rabia
y también sufre
y todo el patio es una fuente
de agua salada.

La casa es una tumba
de pálidas flores,
uvas caídas,
sol olvidado.

Un Viejo cementerio
de pasillos
pregona tu ausencia
y duelen todos los días.


ooooOoooo



Dicen que me han visto despilfarrando vuelos en muelles extraviados. Aseguran que astronauta del miedo fui a surcar desérticos paraísos, que persigno leyendas de lobo intrépido, que baño mi cuerpo gris en la osadía de un mar en calma.
Publican que me vieron vestido de barca, de gaviota, de nostalgia. Que cantando un tango naufragué en mi mismo y olvide respiros. Cuentan que fue el amor mi pasaje impreciso a trapecios de nada, a equilibristas de todo.
Percatándome de reinas sin gloria, cuentan que entregué mi llama al fuego, que siendo sed olvidé oasis, que siendo mártir mutilé mis brazos. Repiten que flamea aún mi corazón- bandera, no recuerdan que juntaron sus despojos, que arrancaron sus jirones.
Otros me vieron deambulando el jardín botánico disfrazado de estatua, de pez, de hiedra. Recuerdan indemnes los caballeros del ocaso mi cuerpo de devota virgen, mi sangrar de voces, mi arpón de letras.
Suicidando extravagantes pájaros algunos creen que hoy soy cielo, bandada de nubes.
Pregonan que olvidé el ceibo de mi boca, que acaricio lágrimas en heridos ojos, que flagelé mi rostro y ahora soy incienso. Cuentan que me vieron recorrer penumbras siendo transparente vuelo, que dibujé olvido sobre el fracasado oriente.

Yo sigo aquí. Escalo precipicios, imploro mañanas doradas, resisto con mi pared de pie, me acostumbré a ser muro. Sigo buscando ser nadie para ser de nuevo y resurgir capullo.
Quiero descubrir que pedazos de hojas sueltas pueden ser el mejor verso. Entrego mi despertar en cada estrofa y soy así enorme espejo.
Me fui del mundo cargando espaldas hoy puedo remontar desplegando abrazos.
Olvidé cementos de ciudad dolida, renuncié al asfalto, al desolado beso, ahora soy bautismo de selva y barro, de musgo se empeñó mi voz.
Sigo aquí en la inconciencia de no tener hambre. Elijo el vino que embriaga mi soledad tan propia, desprecio ajenos disfraces, me envuelve mi desnudez guerrera.
Soy pequeño, ínfimo, imperfecto, un característico simple, un absurdo despiste, impreciso vagabundo, miga de pan, despojado duende; mas opto por mis exilios, mis madrugadas, mis entierros, mi acostumbrado bolero.
Profeta de espantapájaros receto ser caracol, poblar las piedras, descubrir al rinoceronte que ofrece su amuleto. Receto jamás ser cuerdo, dejar de esperar el fin pues siempre habrá comienzos.

Yo sigo aquí.
Ellos, los que hicieron de mis huesos mágicas fortalezas, los que todavía me esperan, los que no me olvidaron, ellos dicen que me vieron, dicen, que me vieron...




De: “Paisaje de adentro”

ooooOoooo

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelentes los poemas de Tisocco, gran persona además.
Saludos...

Ingrid.

Anónimo dijo...

Un placer infinito leerte Gusti, besotes, Ana C.

Gustavo Tisocco dijo...

Muchas gracias Norma por publicarme y sobre todo por difundir poesía.

Un abrazo Gus.

Anónimo dijo...

Inmejorables poemas que nuten al alma de plenitud y nostalgias, placer de gustarte, Gustavo Tisocco, sensiblemente, Fanny

Anónimo dijo...

Excelentes poemas...
Saludos, Clara del Mar.

juan dijo...

gustavo es un grande de verdad, un gran poeta.