
Mis ojos no quieren ver
tanta pena y congoja.
Escombros de ciudades
de cuerpos esparcidos,
de sueños fenecidos.
Mi corazón no quiere latir
al compás de llantos
de niños perdidos.
Mi cuerpo se estremece a la distancia,
acompaña la angustia, la desazón.
Mi raciocinio se niega y pregunta
que religiones, ideas, intereses
lo han permitido.
¿Quién Dios tomó tu luz
y se cree iluminado?
Prefieren lo atroz de vidas truncadas
que jalonan el camino errado.
Gritos airados, odios enfrentados
¿Dónde están mis hermanos?
¿dónde están sus manos
que quiero aferrar?
Que no gatillen la muerte
con los fusiles del horror
Que alcen banderas de paz,
que estrechen la esperanza
de un mundo mejor.
Que sus voces reemplacen
las marchas de guerra
por una canción
de amor y amistad.
-Buenos Aires-
4 comentarios:
Miguel:me agrada muchísimo que hayas enfocado tu ojo poético en los males que aquejan a la humanidad,la biblia dice que todo sucede porque el gobernante de éste sistema de vida es satanas "2corintios 4:4 pronto Jehová terminará con el
Querida Norma: Muchísimas gracias por la publicación del poema. Muy buena la ilustración. Hasta cualquier momento y también hasta el 17 en la reunión. Un beso. Miguel Madrid
En estos tiempos de tanta guerra absurda, de tanto odio e injusticia, tu voz poética, cantando a la paz es un verdadero sosiego, MIguel.
Felicitaciones y gracias por compartir tu palabra con nosotros.
Un gran abraqzo
María Rosa León
Un gusto leerte Miguel, abrazos, Gus.
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