miércoles, 27 de agosto de 2008

MARY ACOSTA


ACROBACIA SALMICA

Atardece en mi,
ante el desnudo audaz de los espejos.
Desgrano la penumbra hambrienta
vistiendo un traje de epílogo,
sobre la fina piel gastada,
que expulsada en siete gritos
desarma cóncavos domingos de abril.
Detrás del músculo agotado,
la acróbata libélula
confabula el vuelo,
en mitad del geodésico instante,
inventando el hálito de Dios resucitado.

GUSTAVO TISOCCO


Es en el costado de adentro
donde llueve la ausencia.

Ahí, en el rincón oscuro
del hueso encallado,

donde la nicotina invade esferas,
huecos distantes.

Donde me acurruco
y descorro los velos,
rompo los cristales,
araño el vértice.

En el otro costado
siempre anidan los pájaros.

De su nuevo libro: "Desde todos los costados"

LAURA HAIMOVICHI


PALABRA VERDADERA

Las nubes estremecidas,
el océano espeso,
la blanca, tibia caracola, al sol
y tu cara franca y asombrada
frente al cuerpo desnudo.
Creíste que sentías
por primera vez.
Fue de un modo liviano
y definido al mismo tiempo.
Del silencio, después,nació una palabra verdadera.
de su libro: "de para en par"

MARCELO JUAN VALENTI



Recibí
una sucesión
de mil hojas
al abrir
un libro
en el
bosque.
El agua
como
único testigo.
Los otros atravesaron la floresta unos minutos después.
Ya era tarde.

martes, 26 de agosto de 2008

MARÍA PAULA MONES RUIZ


ARTE POÉTICA

Descubrirte… creando. Crearte… desnudándote
Sentir desde la nada, la vida
y comenzar el camino desde cero, sin cuerpo.
Dar vida a un color,
colorear una palabra iluminándote la piel.
Sostener al alma, a tu ser caminante,
cuando repleto de encrucijadas
vuelva al hueco de la luz, la poesía madre.
Que ella te cree. Que ella nazca de tu sed.
Que las huellas de sus dedos, tu escritura y ella
sean lo mismo, el mismo camino
de ida y de vuelta, como recién nacida.
Que vista de tu piel
Que llore con tus lágrimas.
Que ría con tu risa. Como una madre.
Las madres y la poesía
son únicas y eternas.
Viven por nosotros.
Y por ellas, somos
agonistas
de papel carne, de sangre tinta.
Y vivimos…
gracias a ellas.

(inédito)

martes, 19 de agosto de 2008

ADRIÁN N. ESCUDERO


DESPEDIDAS

Ahora recuerdo lo que Él dijo, cuando “algo” tosco apareció entre sus manos y sus labios sentenciaron: “Cuando el Tiempo aprisione tu vejez, quizá, leyéndolo, puedas escapar de sus rejas y barrotes infranqueables…”.

El Muchacho -28 años recién cumplidos-, recibió del viejo un gastado libro. Un libro de tapas tan duras como las miradas jóvenes y antiguas que se cruzaban, desafiantes, por última vez.

Un libro de tapas duras con letras doradas nominándolo a jirones, más allá de los rasguños del tiempo y del uso. Un libro denso, de hojas tibias y quebradizas, tan delgadas y finas como la figura enhiesta de quien lo sostenía, con manos trémulas y tan tibias y quebradizas, como las hojas del libro denso de tapas duras con letras doradas nominándolo a jirones. Una especie de Biblia ahora virginal entre sus manos, aceptada sólo por debido y humano respeto, por última vez.

Recuerdo también que, luego, el Muchacho sonrió con lástima ante el rostro apacible del Anciano que lo miraba con dulce firmeza y el brazo extendido y la mano abierta, en vano intento por estrechar la de su hijo, por última vez.

El vacío ocupó la desairada nobleza de aquel antiguo gesto de amistad entre los hombres, y, el Muchacho, después de abandonar con displicencia el libro viejo del viejo Anciano, lo arrojó con desprecio en un cajón de su hasta ayer lustroso escritorio de avanzado estudiante de posgrado… Y, dando media vuelta, se marchó con un “chau, para siempre…”, del hogar paterno, pensando, lo sería, por última vez.
(Heredada por un hermano menor, aquella casa -la del libro- nunca se vendió. Y ahora que recuerdo lo que Él dijo, cuando “algo” tosco apareció entre sus manos y sus labios sentenciaron: “Cuando el Tiempo aprisione tu vejez, quizá, leyéndolo, puedas escapar de sus rejas y barrotes infranqueables…”, un Muchacho, cierto Muchacho –ya entrado en años-, tumbado sobre la puerta de entrada, tras un timbrazo de estridencia entrecortada por invisibles sollozos, volvió aquel día a aquella casa, con tembloroso pulso y arrugas cristalizadas en el cuerpo, a buscar ese “algo” que había olvidado en un cajón de su hasta ayer lustroso escritorio de avanzado estudiante de posgrado, a comienzos de una -ahora- vana existencia arrepentida…).

DIANA POBLET


IDENTIDAD

Los que venimos del sur
no podríamos ser de ninguna otra parte
nos faltaría silencio salitre y polvo
lamentaríamos ese sentirnos vagabundos
con ansiedad permanente por marchar
y angustia inexplicable por volver.
Siempre agobiados de frío viento y nieve,
incomprensible pertenencia a lo adverso
¿es lo que alumbró nuestra estrella?
un comenzar eterno sin remate posible.
O será que el Sur se nos metió adentro
sólo por existir.

sábado, 16 de agosto de 2008

JUAN JOSÉ MESTRE

SIN TÍTULO Y DESPOJADO

Lo que queda es la sinrazón
del gris en la mañana.
Lo que queda es este sinsabor
de ser despojado por la humedad
del viento entre los huecos del alma.
Lo único que queda
es el yermo deambular en la búsqueda,
una búsqueda cuyo final es el anodino sendero
que conduce a las estragadas campiñas de la pesadumbre.

NORMA MARCHETTI

AMORES

Son disímiles amores los que construyen la vida,
los que sostienen la carga, los que le aportan caricias.
Los que demandan el tiempo de brindarse compañía,
los que en miradas entregan los impulsos de otro día.

Nos vulneran las defensas, nos limitan las partidas,
nos devuelven la confianza confiriendo una sonrisa.
Como oxígeno a la hoguera, como agua en la campiña,
como sol tras la tormenta, recuperando su estigma.

Como vínculo sagrado, más allá de las fronteras,
como enlace, que silente, se nos instala en las venas.
Como luz en la neblina, como aurora en la mañana,
como abrazos entibiando en las gélidas distancias.

Y así se transmutan los roles, se fusionan, se liberan,
se distienden, se deslían, se enfatizan… y menguan.
Te rodean con su aroma, su suavidad… su ternura,
su sensatez, su belleza… o sus cándidas locuras.

Los amores son legados que noblemente eternizan,
más allá de los vaivenes que nos agitan los días,
más allá de las promesas, los errores, las partidas,
los enojos y finales… que te arrebatan la vida.


MONIK MATCHORNICOVA



Sin palabras, aun el... verso
y el tiempo ahí, detenido, blanco
pálido bajo el sol, como lenta
marca de un final, donde la tarde
ya es pasado, donde latente
y en constante movimiento, circula
entre las horas, ese ancestral
sospechoso, que irradia
entre nube y nube vagabunda... Es
Gris, casi noche y azul
intensa tu mirada, oceánica
profunda orillando caminos, inventando
acordes, donde otro
es el idioma, otro
el sonido, entre
.....las sombras y el
.............. silencio.

martes, 12 de agosto de 2008

GUSTAVO MARCELO GALLIANO


A MÍ
(Amistad, Melancólica Ironía)
No me seducen
los festejos paganos
en días comerciales.
A mí.
Me resbalan los saludos,
los falaces deseos,
las autómatas frases.
A mí.
Nunca me excitan
ni regalos ni abrazos,
preñados de vileza.
A mí no.
Claro que no,
los Días del Amigo
jamás me interesan.
A mí.
Nadie me llama,
ni escribe ni desea,
ni abraza ni extraña.
A mí no.
Después de todo
ya no me inspiran
ni correos ni esquelas.
A mí.
Me encantaría
guardas
en el secreto
del verdadero anhelo.
A mí.
Que hastiado de silencio,
de contar con amigos
les ofrendaría el alma.

lunes, 11 de agosto de 2008

LUIS BENITEZ

EL COTILLÓN DE LAS TINIEBLAS

Las llaves rotas, las monedas sin valor,
esos teléfonos anónimos recobrados de un bolsillo,
el polvo de las paredes, de los muebles, las ventanas.
El polvo que cubre toda la tierra
como un segundo mar, en seco.
Una mancha en la ropa que continúa en la carne,
un grito y después un susurro y después el silencio
que a duras penas se disfraza de resto de la tarde.
Un llamado sin voz, despertarse buscando
un algo indefinido que a nuestro lado se desangra
y difumina y que olvidamos por grados.
Lo que nos amenaza desde una mosca
chillando furiosa en la cortina.
Una misma situación, las idénticas palabras,
que cada cuatro exactos años se repiten
con la morosa precisión con la que baja,
de nuevo, un ascensor.
Las cosas que nos miran fijamente,
desde las vidrieras cerradas,
cada vez que pasamos haciendo
la penosa pantomima de ignorarlas.
Alguien que nos observa desde un lejano edificio,
exactamente cuando vemos sin oírlo
que nos está diciendo algo.

El compacto horror de la tortuga
que nos devuelve al jurásico.

SIMÓN ZABALA GUZMÁN

CANTO A LA ESPERANZA

Sólo cuando seas libre
entenderás el vuelo de los pájaros
su proyectada sombra sobre la
espalda terca de los siglos
la dimensión exacta de sus alas.

Ojo, piedra, luciérnaga fantástica
cabalgarás sobre la claridad de tus
ideas.
No habrá un resquicio para el descanso
de tu mente
tu voz será un océano
una luz que rompa el tímpano del tiempo.
Irás hacia el espacio
para que el golpe de tu huella
inicie el trazo perfecto de la forma.

Para entonces ya no tendrás cadenas
ser alado
verbo encendido lengua simultánea
camino para siempre
hombre
te crecerán jilgueros en las manos
y cruzarás
viajero ineludible
por todos los besos de la tierra
sembrando la esperanza.


(Ecuador)

JORGE LUIS ESTRELLA


OJOS

Mi ojo muerto,
aquél que sólo veía al olvido
deslizándose por los carriles de la nada,
amaneció mirando el mar,
los pájaros,
la mano desgarrada de los que piden.
Mi otro ojo,
que estaba observando el paisaje
de los hielos desmoronándose,
al comprobar la resurrección de su compañero,
se dejó seducir por el olvido
y, como si fuese un témpano que se derrite,
sencillamente se murió.

domingo, 10 de agosto de 2008

CLAUDIA AINCHIL


COTIDIANO


Abro los ojos,
la tenue luz
habitual alivia,
me escoge
interroga
alrededor todo esta en su sitio
las almohadas mi pelo
sus ojos mis manos
sus piernas mis encrucijadas
sus puertas entornándose
cuando la vida es dura
mi necesidad de encontrar ventanas.
El azar mudándonos.
Abre los ojosla brisa temprana lo escoge
interroga
como si fuera un aliado incondicional
alrededor mis besos
sus besos…

de su libro: "Remolinos a bordo"

GUSTAVO TISOCCO



Empañados espejos
anuncian suspiros.
El tiempo tras el cristal,
delante de mí
.............. adentro.
Como estaca,
la luz devuelve nubes.
La tumba espera.

De su libro: "paisaje de adentro”
-Buenos Aires-

MARTA ORTIZ


Qué latido tensa
la levedad del poema
a pesar del portazo
que resintió la estructura
y cayeron las letras
como escombros
al piso.

Si martirio es la palabra
y furia y desenlace;
¿por qué entonces
este apremio de ópalo
...............alhucema y
.....................delirio?

DELFINA ACOSTA


POESÍA

Sólo tu voz es dulce, poesía,
porque por ella he sido yo narrada.
Con tierna obstinación tus ojos pones
donde clavé, vencida, mi mirada.
Ya te mandaron a morir, mas tú
como una flor del campo te levantas.
La hoguera preparada para ti
en tus lozanos pétalos se lava.
Porque eres mustia entre las bestias todas,
garza de invierno, yo te siento hermana.

Vestimos un amor desesperado,
que nos desnuda el pecho y las espaldas.
Debajo de borrascas vas y vienes
como una cabellera de palabras
y enferma caes de capullos nuevos,
de aroma fresco y pena enamorada.


(Paraguay)

SUSANA NUÑEZ

INVIERNO
Un Otoño dorado
de hojas crepitantes,
fue la alfombraque me llevó
hasta tu puerta.
¡Hace frío aquí afuera...amor!
Franquéame tu corazón,
que el Invierno llegó
-y sin tu calor-
la Primavera,
me encontrará muerta.

RAMÓN FANELLI


“LA ROSA NEGRA”

De perfil
Sometiéndose a la superficie
cada rosa negra
rabiosa en su tierra
resistiendo el abismo

que da el cincel del Orfebre,
con sus manos todas juntas
sin perder las curvas
de brazo a brazo.

del libro: "Entrejuegos"

RUBÉN VEDOVALDI



S U P U E S T O / P R E-TEXTO

yo hago
............decir a mi
yo poético que acaezco
.............. levemente

tú-digo -acaeces
-pongamos que- como quien no
................quiere la

cosa él acaece así como así
ella acaece acaso
nosotros, a lo mejor, amagamos
............acaecer

vosotros y ustedes me parece que
acaecen con tutti
vosotras y ustedas ni así ni asá o vice-

-versa ellos y ellas en
tanto acaecen tal cual o
tales mejor
............dicho para cuales los

acaeceres suelen
yo -hago decir a mi lírico
hablante - que suelo y no suelo

tú sueles solito
él solía en otros suelos
ustedes si no suelen
le pasan casi soliendo
o ni tan tan ni muy

muy no sé... yo hago
..........decir
..........es un decir
................quiero decir
....... a caso...


STELLA MARIS TABORO


Toma aquí, mi cuerpo
sembrado de tiempo,
habitada con alas del viento.
Árbol maduro de frutos,
tierra que tomó tu semilla.
Suelo que despertó tu fuego,
bebiendo en las noches
mi néctar escondido.
Toma mi cuerpo,
como el sol toma el horizonte,
y como las algas aferradas al agua.
Así, toma mi cuerpo,
navegando hasta el amanecer,
hasta secarme como una flor al sol...

sábado, 9 de agosto de 2008

ZARA PATRICIA MORA VÁZQUEZ


RÉQUIEM A UNA SINFONÍA DE VIDA

Nací en la época de los truenos,
Cuando crecí,
Era tormenta lo que me mecía.

Y ahora es la lluvia,
La que me moja,
Y me acompaña en la lucha.

A día de hoy son el sol,
y todas sus lunas,
Las que engañan con quimeras.

Quimeras que atan,
Quimeras que no escatiman cantos de sirena,
Sonidos, no son más que reflejo disociado,
Del espejo del feriante.

Mientras mis manos temen.

La sensibilidad aflora,
Nadie quiere escuchar,
A la que con sus versos no quiso complicar.

No elevé el soneto,
No entoné una décima,
exprese lo que sentía,
¿Qué convierte la locura en verso?

Y bien, Mis alas no respondieron
Alce el vuelo,
Dieron marcha atrás,
Lágrimas de cera,
Que no alcanzan a ver el sol.


Han caído bajo,
Complicado el verso que hoy te escribo
Lidiado entre las sombras,
De almas en deceso.

Márchate de mi vida,
Y esculpe la hojarasca,
Para dar pasó a la estación,
Que empieza con tu vida.

Ahora, cuando las palabras,
Naufragan en tu boca,
Mi corazón enloquecido,
Retienen la vanidad,
La sangre hierve en la tormenta,
Y prolonga la muerte,
Del corazón necio,
Que esgrimió en su credo la palabra "loca".

(España)

CLARA REBOTARO


SALIR DE LA TIERRA

.........................................Para Aukin

Donde todavía no hay
caminos
en medio de la simplicidad
agraria
sólo un tímido transeúnte
del cielo
quiebra mi convicción
de magnitudes
absolutas.
Despuntando,
el trigal
deslumbra al sol
por lo que de oro
tendrá
y de hogazas tiernas
pidiendo realidad
hago un rezo
.........................................
La visión del sembradío
calma una impaciencia nueva.

De su libro: "Sumisión de la hierba

CONCEPCIÓN BERTONE


TRAKL Y YO

Buzo de lo profundo, sumergido
en el diáfano día, en la belleza
antes de la jauría
y de la presa. Ebrio

se quitó la escafandra
en ese punto
de la profundidad
donde el cerebro
se bebe la ilusión
un de un aire puro
y se ahoga
saciándose en su sueño.

No le bastaba el agua peregrina
corriendo entre las zarzas. Su destino
era pulir la piedra de lo errado,
lavar sus pies descalzos
lastimados por los viejos zapatos.

Amante del abismo, de la hondura
se hundió hasta la embriaguez
en la locura
lúcida de quien no amó la cacería.

De quien, no fue ni perro, ni fue presa.


(de su libro: Aria da capo)

MICHOU POURTALÉ

Hablo con un hombre
sobre el hombre.
El huérfano desnudo
en amalgama de siglos
no conoce su voz al nacer
balbucea una búsqueda
él sabrá cuándo su siega madure
desde un horizonte desmedido
implora por su esfuerzo:
el del ciclo y el de la marcha.
Niño ya es adulto.
Un paciente buril
modeló en mística de la piedra
el cuerpo bella orfebrería
masculinidad del mármol.
Ahora él habla
desde el río antiguo que lo habita
con matices disipados
sereno escucha los latidos
y el fluir parco quedo lo atraviesa
en ofrenda de años un ajado gesto
le devuelve su imagen
de niño perdido.
Entre dispersas notas de infinito
agua sepia lo trae levemente
hacia el ocaso denso
donde el polvo la nada

aguardan.

MARCELO JUAN VALENTI


El amor
entre orquídeas vestidas de organza
es un misterio
que mira
las certidumbres
del mar.
Y
su orgasmo
de pétalos devorados
llueve
sobre la mirada atónita
de cebúes poco asertivos,
ignorantes de su giba,
fieles custodios
de una divinidad
pasiva y acuosa.
Los acantilados de honor
se perfuman
con los bisbiseos
del goce.

LYDIA LIBERTINI


15º)

Escucho el eco de tu aroma
aun en la penumbra de tus huellas.
Distingo el sonido del fuego
cuando se alimenta
de nuestras máscaras.
Puedo configurar
-sin invocar a la memoria-
cada uno de tus rincones.

SILVIA MAZAR


3º)

Dos. O tres. Pesados en su pequeña tregua
los días en que la lluvia
borroneó unas letras que debían ser escritas
y todo sucedió tan tenuemente,
no había cortinas sólo lluvia
sólo esa agua de tristeza y aroma
planeando la ventana

Dos. O tres. Horas de días mojados en su lirio,
segundos escurridos en una alcantarilla
quizá soñada. O vivida
Tan real, esa lluvia

HUGO LUNA


ADIÓS

me canso me aburro
que lástima
canto para alegrar pero
para el corazón
un adiós es un adiós
y aunque el tedio
le demore su diástole
es un tierno animal
generoso
rojo
como un sol rojo
como la única señal
que nos daba la noche
adónde iremos ahora
con la digna soledad
con el sobrante del cuerpo
y el alma en un harapo
mis palabras fueron hechas para
herir el escudo de tu silencio
que lástima
la vida sigue pero
algo muy parecido a la muerte
se agita en la palma de nuestra mano
en el aire de todas
las terminales de este mundo

MARITZA LUZA CASTILLO


INMOLACIÓN

No eres tú el quién se aleja en la ola
Y me dejas las manos vacías despojando mi alma
Nefasto silencio de voces profiriendo auxilio
Yendo a la deriva sobre espejos negros acuosos
Tú te mantienes como una presencia inaudita
Bajo esa sepultura inconclusa
Que no acaba con tu rostro y aún me luce algo de tu piel
Abrazando mis pies en la orilla
Es de noche
Y pese a las negruras tus palabras resuenan en las aguas
Siento que me llamas desde tu memoria
Lanzándome besos a través del viento
La brisa enloquecida ilumina mis pasos
A ciegas los subsuelos submarinos hablan del paraíso
En cualquier momento saldrá llamándome por ni nombre
Se encrespa el invierno envejecido
Me habita tu presencia fundada en la espuma
Sosteniendo en vilo tus vibraciones
me saluda tu sonrisa
al fin la arena se transforma en peldaños azules
el aire desordena la pena
el mar no gime
la playa se abre en un lerdo espejismo
en un disfraz alevoso de tu rostro
debajo de ese cielo encapotado
somos uno
donde los amantes podrán hablar de destino


(PERÚ)

ADRIANA MAGGIO


HUMILDAD

Caer
como cae el viento
sobre los techos
sabiendo
que hay un destino de alturas
más allá de las casas.

Subir
como sube el humo
al alto frío
sabiendo
que hay un origen de cenizas
más allá de las alas.

viernes, 8 de agosto de 2008

GRACIELA LICCIARDI


Debí partir el día en que una mariposa
Dejó sobre mis huellas sus polvos de colores
Debí partir hacia la boca de uva que alimentaba mis venas
Debí juntar las piedras brillosas
De días florecidos de secretos sabores

Debí celebrar el oportuno salto hacia la vida
Hoy me quedo aquí
En las orillas del nunca
Distraídamente vacía

VICENTE VÁZQUEZ


EL SECRETO DEL RELOJ

Victoriano se encontraba aburrido y sin ganas de nada. -¿Qué hacer?- se interrogó. -Ir de compras-, se respondió con extrañeza y sin mucho entusiasmo. Siempre había dicho que ir de compras sin tener necesidad de hacerlo. Sin buscar algo especifico, era una tontería. Algo que hacen las personas no realizadas y que buscan suplir sus carencias a través de dilapidar el dinero y mejor si es ajeno. Acción que juzgaba que los deja tranquilos por corto tiempo para luego caer de nuevo en el mismo círculo de insatisfacción.
Sin embargo, salió con ese propósito, pero sin rumbo fijo, viendo aquí y allá vitrinas, pero sin entrar a ninguno de los comercios. Nada le atraía.
Vagó por algunos minutos más y de pronto se detuvo ante el escaparte de una tienda de antigüedades y vio un reloj que le pareció algo fuera de lo común. Entró y preguntó por el precio. Resultó ser una ganga. El anticuario fue sincero y le indicó que lo tenía desde hacía mucho tiempo y que ni siquiera recordaba como lo había obtenido o cual era su procedencia. Que por esa razón lo ofrecía a bajo precio y por lo mal que andaban las ventas.
Lo compró.
Ya con el reloj instalado en su oficina, sintió tranquilidad. Ignoraba por qué, pero sentía que su destino cambiaba con él. A pesar de su rudimentario diseño y aparente antigüedad, marchaba bien.
Un día, limpiándolo, le descubrió una minúscula gaveta y de ella extrajo un amarillento papel que decía: Este reloj que atesora toda la magia del universo, hace lo que no se atreve a hacer Dios: Retroceder el tiempo. No porque con su infinito poder no pueda hacerlo, sino porque al hacerlo todo cambiaría. Si alguien se lo pidiera y lo complaciera. Todo el universo se trastornaría, la vida no sólo cambiaría para el peticionario sino para todos los seres, trocando las vidas y los acontecimientos ya efectuados. Sería el caos.
Este reloj tiene esa facultad, la de retroceder el tiempo, volver al pasado y cambiar la biografía y las circunstancias de su dueño. Pero como esta acción es peligrosa y traumática para la existencia de otros seres, se recomienda no hacerlo, pero si se hace, sólo deberá abarcar un pequeño lapso, no mayor de una hora. Y en una hora pueden suceder muchas cosas.
Victoriano, asombrado de su descubrimiento, meditó sobre sus consecuencia. Por ejemplo, se dijo, -si alguien fuera atropellado por un vehículo y si estuviera en mis manos salvarlo, bastaría con que retrocediera el reloj cinco minutos y lo salvaría-. Sería una buena acción, pero en ese mismo tiempo pasarían tantas cosas en el resto del mundo y por qué no decirlo, del universo. Vendría a ser como una repetición instantánea a través de la televisión de un evento deportivo. Pero ¿quienes saldría afectados o beneficiados? con esa alteración, sí hasta la posición de los planetas se verían modificadas por esa minúscula variación temporal. Era mucha responsabilidad para un ser humano, tener semejante poder en sus manos.

Destruyó el papel que contenía la clave y decidió que le reloj continuaría únicamente con su función de marcar e informar la hora.
Victoriano prosiguió con su vida normal y el reloj se la marcaba. De vez en cuando observaba el misterioso cronómetro y sonreía. Era dueño de un secreto y un poder que no usaría nunca, pero que lo hacía sentirse bien. El secreto moriría con él.
Un día de tantos, encontrándose presionado por la entrega de los planos de un importante proyecto que lo salvaría de la quiebra económica, hizo un movimiento brusco y derramó el frasco de tinta china sobre ellos, cuando aún ni siquiera había sacado copias. Iracundo, contra él mismo, maldijo y se arrancó con desesperación los pocos pelos que con persistencia se aferraban a su cabeza. Era el final de su empresa y de la seguridad de su familia.
El misterioso reloj y de procedencia desconocida dio la hora. -La hora de mi desgracia-, dijo con tristeza y a continuación se le iluminó el rostro. Él tenía la clave para rescatar los croquis, salvar su empresa y asegurar a su familia. -¿Qué tanto puede pasar, si retrocedo el tiempo en unos segundos o a lo sumo en unos pocos minutos?
Corrió hacia el cronometro que sería su salvación. -Lo usaré una sola vez-, se decía a sí mismo. Lo tomó, marcó la clave que, ahora sólo existía en su cabeza, y atrasó la hora al momento justo en que la tinta iba a caer sobre los planos. Los salvó y se sintió feliz.
Lo que ignoraba era que en cada retroceso que el propietario del reloj le daba al tiempo, la vida del que lo hacía se bifurcaba y continuaba viviendo en dos dimensiones paralelas e independientes con todas sus consecuencias. En este caso, una con los planos echados a perder y otra con los planos salvados y ambas con desenlaces diferentes.
(Guatemala)