
Para vos, Ana Gabriela
Danzaba la luna.
Escogió el cielo de Buenos Aires
para alumbrar las calles
y las plazas. Y en su baile celeste
esperó al sol
que doró el cielo
asomado a mi balcón.
En esa danza primaria
los dos me pidieron un
nombre. Les dí el tuyo Ana
Gabriela.
La luz deseaba cantarle al cielo
y la madrugada fue un teclado
de luces rojas azules blancas
donde se leyó en la partitura
que abarcó toda esta ciudad
un tiempo de seda que te evoca
y habita las calles y las plazas.
Estás aquí Ana Gabriela
en Buenos Aires
con tu sonrisa
activando mis días.
Mientras los pájaros cantores
ensayan la melodía ofrecida
y la mañana despereza
su agitada propuesta
una oración brota de mis labios
y sé que somos dos en la búsqueda
de la Gracia en el derrame
del implacable almanaque.
Y exultantes de Gozo
veremos nuestro rostro bendecido
reflejarse en el espejo de la tarde.
-Buenos Aires-
1 comentario:
Ha sido un deleite leer tu poema Vilma,tiene versos significativos y una dedicatoria magnifica
Publicar un comentario