XLVIII
El corazón se entrega
Las bocas se demoran
mecidas en gozosos vaivenes
los ojos perdidos en abismos.
Los dos se deletrean
se leen se conocen.
Solos en la vida.
Solos en la soledad
Y el placer es el vino
que el amor les regala.
El corazón se entrega
Las bocas se demoran
mecidas en gozosos vaivenes
los ojos perdidos en abismos.
Los dos se deletrean
se leen se conocen.
Solos en la vida.
Solos en la soledad
Y el placer es el vino
que el amor les regala.
2 comentarios:
Norma, mil gracias por poner uno de mis poemas en Papirolas y por los poemas que nos ofrece la revista de otros apreciados autores. Un abrazo.
Yolí Fidanza
Yoli: Me encantó tu poema. Preciso y singular. Bravo.
Víctor H. Tissera
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