Cuánto poquito voy a dejar, amigos:
algunos versos,
un montón de ganas,
una vida vivida con fervor,
otra que dejé para mañana.
Todas muy poca nada
las cosas
que sin darme cuenta
en un rincón fueron amontonadas.
No perduré ningún amor
porque ningún amor fue terminado;
que me perdone este amor
que ahora se demora a mi lado.
No diré: dejo un hijo,
porque le pertenece a la vida;
ella nos lo presta un instante
para sentirnos menos desgraciados.
Antes de irme
dejaré mi sitio limpio de proyectos,
para que otro lo ocupe
con su sangre y sus ganas;
me llevaré mi muerte
–reverso de la vida–
que a nadie ha de servir
y traje de la Nada.
No diré adiós,
bastará con mirarlos.
Me iré en silencio,
como corresponde
a los que están de paso.
miércoles, 28 de febrero de 2007
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3 comentarios:
Desgarrador poema de Rubén Derlis, quien una vez se preguntó cómo vivir con esa dicotomía de ser triste por dentro y alegre por fuera...
Excelente poema Rubén que nos lleva a la más alta poesía.
Un abrazo Gus.
http://poemasdegustavotisocco.blogspot.com
Mi querido Rubén, poema con el que me identifico, poema que me resulta parte oues yo también me iré llevándome a mi muerte que a nadie servirá, excepto a mi descanso.
Desde los tantos años en que tu poesía me acompaña, te extiendo mi abrazo y mi admiración.
Long-Ohni
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